REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN
U.E.
“COLEGIO TERESA TITOS”
MÉRIDA
ESTADO MÉRIDA
Estimado representante le saludo muy cordialmente. A continuación, se encuentran nuevos
contenidos y continuación del proyecto, además de una serie de actividades de
contingencia sugeridas por el cuerpo directivo de la institución como plan de acción
ante la inseguridad y difícil accesibilidad que existe en las inmediaciones de
la misma; aunado a la reiterativa inasistencia presentada por parte de los(as)
estudiantes. Esperando que sean efectuadas con disposición y
compromiso por parte del estudiante.
PROFESORA:
Dalis Pabón
Proyecto
Continuación
del trabajo escrito sobre “La Adolescencia y Sexualidad”, el cuál debe estar
siendo realizado en hojas blancas y a mano; cuidando la escritura, márgenes
(4cm izquierdo, 4cm superior, 3cm derecho y 3cm inferior), orden y todos los
aspectos formales de la lengua escrita.
Durante
esta semana van a investigar:
- El
aparato reproductor femenino y masculino.
- Enfermedades
de transmisión sexual.
- El
embarazo en adolescentes.
NOTA:
cada aspecto investigado debe ser ilustrado.
Lenguaje
Lee
el siguiente concepto de Sustantivos, observa los ejemplos y realiza los
siguientes ejercicios prácticos en la medida de lo posible:
Los
sustantivos: son palabras que sirven para nombrar
personas, animales, objetos, ideas, sentimientos o fenómenos. Según su
naturaleza los sustantivos pueden ser:
·
Comunes: son
aquellos que nombran elementos. Por ejemplo: lápiz / perro.
·
Propios:
son
aquellos que nombran personas o lugares. Por ejemplo: Mauricio / Mérida.
Adjetivos:
son
palabras que acompañan a los sustantivos para calificarlos o determinarlos. El
adjetivo siempre tiene el mismo género y número que el sustantivo al que
acompaña. Por ejemplo: bonita / calurosos (La muñeca bonita).
Actividad:
1. Escribe
dos adjetivos a cada uno de los siguientes sustantivos:
Gato ________, ________ Día _______, _______ | ||||||||
Libro ______, ________ Luisana________, ________ | ||||||||
2. Encierra
en un círculo los adjetivos que concuerdan con los sustantivos:
limpia
alegre
hermosa
dulce
Ciudad solitaria
Fruta podridas
tranquila
amarga
3. Construye
cinco oraciones con los sustantivos y los adjetivos dados a continuación:
Sustantivos:
carro, mariposa, casa, noche, parque
Adjetivos:
nublado, limpio, grande, amarillo, oscuro, multicolor
4. Realiza
poco a poco durante ésta semana la Lectura del “El ruiseñor y la rosa” de Óscar
Wilde y luego realiza la siguiente actividad:
a.-
Un análisis de lo que trata la lectura.
b.-
Extrae de la lectura 5 sustantivos y 5 adjetivos
c.-
Busca en el diccionario 5 palabras el cual desconozcas su significado
d.-
Realiza un dibujo del texto.
El
ruiseñor y la rosa
—Dijo que bailaría conmigo si le
llevaba unas rosas rojas —se lamentaba el joven estudiante—, pero no hay una
sola rosa roja en todo mi jardín.
Desde su nido de la encina, le
oyó el ruiseñor. Miró por entre las hojas, asombrado.
—¡No hay ni una rosa roja en todo
mi jardín! —gritaba el estudiante.
Y sus bellos ojos se llenaban de
llanto.
—¡Ah, de qué cosa más
insignificante depende la felicidad! He leído cuanto han escrito los sabios;
poseo todos los secretos de la filosofía y encuentro mi vida destrozada por
carecer de una rosa roja.
—He aquí, por fin, el verdadero
enamorado —dijo el ruiseñor—. Le he cantado todas las noches, aun sin
conocerle; todas las noches les cuento su historia a las estrellas, y ahora lo
veo. Su cabellera es oscura como la flor del jacinto, y sus labios, rojos como
la rosa que desea; pero la pasión le ha puesto pálido como el marfil y el dolor
ha sellado su frente.
—El príncipe da un baile mañana
por la noche —murmuraba el joven estudiante—, y mi amada asistirá a la fiesta.
Si le llevo una rosa roja, bailará conmigo hasta el amanecer. Si le llevo una
rosa roja, la tendré en mis brazos. Reclinará su cabeza sobre mi hombro y su
mano estrechará la mía. Pero no hay rosas rojas en mi jardín. Por lo tanto,
tendré que estar solo y no me hará ningún caso. No se fijará en mí para nada y
se destrozará mi corazón.
—He aquí el verdadero enamorado
—dijo el ruiseñor—. Sufre todo lo que yo canto: todo lo que es alegría para mí
es pena para él. Realmente el amor es algo maravilloso: es más bello que las
esmeraldas y más caro que los finos ópalos. Perlas y rubíes no pueden pagarlo
porque no se halla expuesto en el mercado. No puede uno comprarlo al vendedor
ni ponerlo en una balanza para adquirirlo a peso de oro.
—Los músicos estarán en su
estrado —decía el joven estudiante—. Tocarán sus instrumentos de cuerda y mi
adorada bailará a los sones del arpa y del violín. Bailará tan vaporosamente
que su pie no tocará el suelo, y los cortesanos con sus alegres atavíos la
rodearán solícitos; pero conmigo no bailará, porque no tengo rosas rojas que
darle.
Y dejándose caer sobre el césped,
se cubría la cara con las manos y lloraba.
—¿Por qué llora? —preguntaba una
lagartija verde, correteando cerca de él, con la cola levantada.
—Sí, ¿por qué? —decía una
mariposa que revoloteaba persiguiendo un rayo de sol.
—Eso digo yo, ¿por qué? —murmuró
una margarita a su vecina, con una vocecilla tenue.
—Llora por una rosa roja.
—¡Por una rosa roja! ¡Qué
tontería!
Y la lagartija, que era algo
cínica, se echó a reír con todas sus ganas.
Pero el ruiseñor, que comprendía
el secreto de la pena del estudiante, permaneció silencioso en la encina,
reflexionando sobre el misterio del amor.
De pronto desplegó sus alas
oscuras y emprendió el vuelo.
Pasó por el bosque como una
sombra, y como una sombra atravesó el jardín.
En el centro del cuadro se
levantaba un hermoso rosal, y al verlo voló hacia él y se posó sobre una
ramita.
—Dame una rosa roja —le gritó—, y
te cantaré mis canciones más dulces.
Pero el rosal meneó la cabeza.
—Mis rosas son blancas
—contestó—, blancas como la espuma del mar, más blancas que la nieve de la
montaña. Ve en busca del hermano mío que crece alrededor del viejo reloj de sol
y quizá él te dé lo que quieres.
Entonces el ruiseñor voló al
rosal que crecía en torno del viejo reloj de sol.
—Dame una rosa roja —le gritó—, y
te cantaré mis canciones más dulces.
Pero el rosal meneó la cabeza.
—Mis rosas son amarillas
—respondió—, tan amarillas como los cabellos de las sirenas que se sientan
sobre un tronco de árbol, más amarillas que el narciso que florece en los
prados antes de que llegue el segador con su hoz. Ve en busca de mi hermano, el
que crece debajo de la ventana del estudiante, y quizá él te dé lo que quieres.
Entonces el ruiseñor voló al
rosal que crecía debajo de la ventana del estudiante.
—Dame una rosa roja —le gritó—, y
te cantare mis canciones más dulces.
Pero el arbusto meneó la cabeza.
—Mis rosas son rojas —respondió—,
tan rojas como las patas de las palomas, más rojas que los grandes abanicos de
coral que el océano mece en sus abismos; pero el invierno ha helado mis venas,
la escarcha ha marchitado mis botones, el huracán ha partido mis ramas, y no
tendré más rosas durante este año.
—No necesito más que una rosa
roja —gritó el ruiseñor—, una sola rosa roja. ¿No hay ningún medio para que yo
la consiga?
—Hay un medio —respondió el
rosal—, pero es tan terrible que no me atrevo a decírtelo.
—Dímelo —contestó el ruiseñor—.
No soy miedoso.
—Si necesitas una rosa roja —dijo
el rosal—, tienes que hacerla con notas de música al claro de luna y teñirla
con la sangre de tu propio corazón. Cantarás para mí con el pecho apoyado en
mis espinas. Cantarás para mí durante toda la noche y las espinas te
atravesarán el corazón: la sangre de tu vida correrá por mis venas y se convertirá
en sangre mía.
—La muerte es un buen precio por
una rosa roja —replicó el ruiseñor—, y todo el mundo ama la vida. Es grato
posarse en el bosque verdeante y mirar al sol en su carro de oro y a la luna en
su carro de perlas. Suave es el aroma de los nobles espinos. Dulces son las
campanillas que se esconden en el valle y los brezos que cubren la colina. Sin
embargo, el amor es mejor que la vida. ¿Y qué es el corazón de un pájaro
comparado con el de un hombre?
Entonces desplegó sus alas
oscuras y emprendió el vuelo. Pasó por el jardín como una sombra, y como una
sombra cruzó el bosque.
El joven estudiante permanecía
tendido sobre el césped allí donde el ruiseñor le dejó y las lágrimas no se
habían secado aún en sus bellos ojos.
—Sé feliz —le gritó el ruiseñor—,
sé feliz; tendrás tu rosa roja. La crearé con notas de música al claro de luna
y la teñiré con la sangre de mi propio corazón. Lo único que te pido, en
cambio, es que seas un verdadero enamorado, porque el amor es más sabio que la
filosofía, aunque ésta sea sabia; más fuerte que el poder, por fuerte que éste
lo sea. Sus alas son color de fuego y su cuerpo color de llama; sus labios son
dulces como la miel y su hálito es como el incienso.
El estudiante levantó los ojos
del césped y prestó atención; pero no pudo comprender lo que le decía el
ruiseñor, pues únicamente sabía las cosas que están escritas en los libros.
Pero la encina lo comprendió y se
puso triste, porque amaba mucho al ruiseñorcito que había construido el nido en
sus ramas.
—Cántame la última canción
—murmuró—. ¡Me quedaré tan triste cuando te vayas!
Entonces el ruiseñor cantó para
la encina, y su voz era como el agua que ríe en una fuente de plata.
Al terminar su canción, el
estudiante se levantó, sacando al mismo tiempo su cuaderno de notas y su lápiz.
"El ruiseñor —se decía,
paseándose por la alameda—, el ruiseñor posee una belleza innegable, ¿pero
siente? Me temo que no. Después de todo, es como muchos artistas: puro estilo,
exento de sinceridad. No se sacrifica por los demás. No piensa más que en la
música y en el arte; como todo el mundo sabe, es egoísta. Ciertamente, no puede
negarse que su garganta tiene notas bellísimas. ¡Qué lástima que todo eso no
tenga sentido alguno, que no persiga ningún fin práctico!"
Y volviendo a su habitación, se
acostó sobre su jergoncito y se puso a pensar en su adorada.
Al poco rato se quedó dormido.
Y cuando la luna brillaba en los
cielos, el ruiseñor voló al rosal y colocó su pecho contra las espinas.
Y toda la noche cantó con el
pecho apoyado sobre las espinas; y la fría luna de cristal se detuvo y estuvo
escuchando toda la noche.
Cantó durante toda la noche, y
las espinas penetraron cada vez más en su pecho, y la sangre de su vida fluía
de él.
Al principio cantó el nacimiento
del amor en el corazón de un joven y de una muchacha; y sobre la rama más alta
del rosal floreció una rosa maravillosa, pétalo tras pétalo, canción tras
canción.
Primero era pálida como la bruma
que flota sobre el río, pálida como los pies de la mañana y argentada como las
alas de la aurora.
La rosa que florecía sobre la
rama más alta del rosal parecía la sombra de una rosa en un espejo de plata, la
sombra de la rosa en un lago.
Pero el rosal gritó al ruiseñor
que se apretase más contra las espinas.
—Apriétate más, ruiseñorcito —le decía—,
o llegará el día antes de que la rosa esté terminada.
Entonces el ruiseñor se apretó
más contra las espinas, y su canto fluyó más sonoro, porque cantaba el
nacimiento de la pasión en el alma de un hombre y de una virgen.
Y un delicado rubor apareció
sobre los pétalos de la rosa, lo mismo que enrojece la cara de un enamorado que
besa los labios de su prometida.
Pero las espinas no habían
llegado aún al corazón del ruiseñor; por eso el corazón de la rosa seguía
blanco: porque sólo la sangre de un ruiseñor puede colorear el corazón de una
rosa.
Y el rosal gritó al ruiseñor que
se apretase más contra las espinas.
—Apriétate más, ruiseñorcito —le
decía—, o llegará el día antes de que la rosa esté terminada.
Entonces el ruiseñor se apretó
aún más contra las espinas, y las espinas tocaron su corazón y él sintió en su
interior un cruel tormento de dolor.
Cuanto más acerbo era su dolor,
más impetuoso salía su canto, porque cantaba el amor sublimado por la muerte,
el amor que no termina en la tumba.
Y la rosa maravillosa enrojeció
como las rosas de Bengala. Purpúreo era el color de los pétalos y purpúreo como
un rubí era su corazón.
Pero la voz del ruiseñor
desfalleció. Sus breves alas empezaron a batir y una nube se extendió sobre sus
ojos.
Su canto se fue debilitando cada
vez más. Sintió que algo se le ahogaba en la garganta.
Entonces su canto tuvo un último
destello. La blanca luna le oyó y olvidándose de la aurora se detuvo en el
cielo.
La rosa roja le oyó; tembló toda
ella de arrobamiento y abrió sus pétalos al aire frío del alba.
El eco le condujo hacia su
caverna purpúrea de las colinas, despertando de sus sueños a los rebaños
dormidos.
El canto flotó entre los
cañaverales del río, que llevaron su mensaje al mar.
—Mira, mira —gritó el rosal—, ya
está terminada la rosa.
Pero el ruiseñor no respondió;
yacía muerto sobre las altas hierbas, con el corazón traspasado de espinas.
A mediodía el estudiante abrió su
ventana y miró hacia afuera.
—¡Qué extraña buena suerte!
—exclamó—. ¡He aquí una rosa roja! No he visto una rosa semejante en toda mi
vida. Es tan bella, que estoy seguro de que debe tener en latín un nombre
enrevesado.
E inclinándose, la cogió.
Inmediatamente se puso el
sombrero y corrió a casa del profesor, llevando en su mano la rosa.
La hija del profesor estaba
sentada a la puerta.
Devanaba seda azul sobre un
carrete, con un perrito echado a sus pies.
—Dijiste que bailarías conmigo si
te traía una rosa roja —le dijo el estudiante—. He aquí la rosa más roja del
mundo. Esta noche la prenderás cerca de tu corazón, y cuando bailemos juntos,
ella te dirá cuánto te quiero.
Pero la joven frunció las cejas.
—Temo que esta rosa no armonice
bien con mi vestido —respondió—. Además, el sobrino del chambelán me ha enviado
varias joyas de verdad, y ya se sabe que las joyas cuestan más que las flores.
—¡Oh, qué ingrata eres! —dijo el
estudiante lleno de cólera.
Y tiró la rosa al arroyo.
Un pesado carro la aplastó.
—¡Ingrata! —dijo la joven—. Te
diré que te portas como un grosero; y después de todo, ¿qué eres? Un simple
estudiante. ¡Bah! No creo que puedas tener nunca hebillas de plata en los
zapatos como las del sobrino del chambelán.
Y levantándose de su silla, se
metió en su casa.
"¡Qué tontería es el amor!
—se decía el estudiante a su regreso—. No es ni la mitad de útil que la lógica,
porque no puede probar nada; habla siempre de cosas que no sucederán y hace
creer a la gente cosas que no son ciertas. Realmente, no es nada práctico, y
como en nuestra época todo estriba en ser práctico, voy a volver a la filosofía
y al estudio de la metafísica."
Y dicho esto, el estudiante, una
vez en su habitación, abrió un gran libro polvoriento y se puso a leer.
NOTA:
Las
actividades deben ser realizadas en hojas de examen previamente identificadas y
organizadas)
Matemáticas
Lee el siguiente concepto de Regla de tres, observa los
ejemplos y realiza los siguientes ejercicios prácticos en la medida de lo
posible:
Regla de tres:
es el procedimiento que permite hallar el cuarto término de una proporción
cuando se conocen tres. Por ejemplo:
·
Si dos perros se comen 3 kg de alimento en un
día, ¿Cuántos kg de alimento comerán 8 perros en un día?
2 perros 3 kg
8 perros X
X = 3 x 8 = 24 = 12
2 2
Respuesta: 8 perros se comerán 12 kg
de alimento.
·
Si
en 1 semana hay 7 días, ¿Cuántos días hay en 52 semanas?
1 semana 7 días
52 semanas X
X= 7 x 52 = 364 = 364
1
1
Respuesta: en 52 semanas hay 364
días.
Actividad:
·
Lee cada una de las situaciones y resuelve
aplicando regla de tres:
a)
Si un niño siembra 6 árboles en un día,
¿Cuántos árboles sembrarán 15 niños?
b)
Si se recogen 6 sacos de caraotas en 8 días,
¿Cuántos días se tardaría en recoger 9 sacos de caraotas?
c)
Un niño resuelve 20 ejercicios en 2 horas, ¿Cuántos
ejercicios resolverá en 7 horas?
d)
Para preparar un quesillo se necesitan 6
huevos, ¿Cuántos huevos se necesitan para preparar 8 quesillos?
e)
Si un carpintero realiza 2 mesas en 3 días,
¿en cuántos días realizara 10 mesas?
f) Para
alimentar a 6 caballos, se requiere de 20 kg de pasto, ¿Cuántos kg se necesitan
para alimentar a 24 caballos?
NOTA:
Las
actividades deben ser realizadas en hojas de examen previamente identificadas y
organizadas).
Sr.
Representa dichas actividades deben ser entregadas en el colegio entre los días
27 y 28 de Marzo en horario comprendido de 8:00 a 10:00 am.
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